El Departamento Provincial de Aguas (DPA) es el Organismo responsable del manejo integral del agua en la Provincia de Río Negro. Fue creado por la Ley 285 en 1961 y es un organismo autárquico, que se vincula al Poder Ejecutivo Provincial a través de la Secretaría de Energía y Ambiente, conforme a la Ley de Ministerios vigente.
Entre las tareas más relevantes se encuentran las de planificación hídrica y el aprovechamiento de los recursos mediante la ejecución de obras para riego, saneamiento, sistematización de cuencas, protección de márgenes y control aluvional. La actuación como ente regulador de las concesiones de explotación de los sistemas de riego y de saneamiento, el otorgamiento y control de las concesiones, autorizaciones y permisos de uso de agua pública, y la puesta en marcha de acciones de prevención y control de la contaminación hídrica.
El Departamento Provincial de Aguas también participa en los Entes Interjurisdiccionales organizados para el manejo de cuencas compartidas. En este sentido, representa a la provincia de Río Negro en distintos organismos federales e interprovinciales, como el Consejo Hídrico Federal (COHIFE), la Autoridad Interjurisdiccional de las Cuencas de los ríos Limay, Neuquén y Negro (AIC), en el Comité Interjurisdiccional del río Colorado (COIRCO), la Autoridad de Cuencas del río Azul (ACRA), la cuenca del Chubut (COHIRCHU) y en el Ente Presa Embalse Casa de Piedra, por mencionar los más importantes.
El DPA es el encargado de relevar y sistematizar la información hidrológica y climática de toda la provincia y desarrolla distintas actividades de apoyo a consorcios de regantes, municipios, juntas vecinales, cooperativas y a la comunidad en general en todo lo relacionado al aprovechamiento de los recursos, prevención del riesgo e intervención en situaciones de emergencia hídrica.
Desde sus inicios el DPA asumió la responsabilidad de pensarse como una institución donde confluyan todos los temas vinculados a la gestión del agua.
La gran diversidad de factores ambientales, sociales y económicos que afectan o son afectados por el manejo del agua avalan la importancia de establecer una gestión integrada del recurso hídrico, en contraposición al manejo sectorizado y descoordinado.
Por tal motivo, el desafío en la gestión hídrica es generar un fuerte vínculo con la gestión territorial, tomando a la cuenca como una unidad de trabajo y contemplando la conservación de los suelos y la protección de los ecosistemas naturales.