Para muchos, el camino hacia la conclusión de sus estudios primarios o secundarios parecía una misión imposible: el trabajo a temprana edad, el cuidado de los hijos, la lejanía, la vulnerabilidad social y económica los había alejado de ese objetivo.
En Valle Medio asisten a las escuelas nocturnas más de trescientas personas, entre ambos niveles, contando con sedes escolares en las siete localidades de la zona.
Margarita, 71 años y madre de 7 hijos, concurre a la Escuela de Educación para Adultos Nº 16 de Choele Choel para aprender a leer y escribir. Silvia, de 52 años va a la escuela para aprender sobre todo a leer, una de las cosas que descubrió en este espacio y cada día disfruta más.
Rosa, tiene 66 años y no tuvo la posibilidad de concluir los estudios, los que hoy retoma para poder ser un ejemplo para sus nietos. Mariana, 28 años, asiste con su pequeña hija que se queda en el Centro Infantil escolar del CEM 130 en Chimpay, mientras su mamá transita el último año del secundario. Mariana está muy entusiasmada porque el año que viene iniciará su carrera como Técnica en Seguridad e Higiene.
Dentro de todas estas historias, también está la de un alumno que sigue firme con su idea de concluir sus estudios a pesar de estar alojado en una comunidad de recuperación de adicciones en otra localidad, porque la escuela le sostiene su trayectoria a distancia, con el propósito de acompañarlo hasta su egreso.
Tomas, 41 años, no tuvo la oportunidad de estudiar de chico porque había que trabajar. Sin embargo, hoy asiste al CEM Nº 127 de Luis Beltrán, donde descubrió sus potencialidades, que lo promueven a mejorar cada día.
Yanina Urquiza y Marcela González, ambas directoras de establecimientos nocturnos, saben de los esfuerzos que hacen las y los estudiantes y coinciden en que "llegan cansados al turno noche, vienen a buscar algo más que conocimiento. Es acá donde el rol de los docentes no es únicamente pedagógico. Escucharlos y sobre todo acompañarlos se convierte en algo fundamental en nuestra tarea”, destacaron.
Una deuda pendiente y los logros personales son razones por las que muchas personas mayores deciden terminar sus estudios. Frases como “el estudio me devolvió la confianza en que yo puedo”, o “con el estudio le voy a poder dar un mejor pasar a mi hija”, se repiten entre quienes asisten a clases.
“Invito a todas las personas que no tienen la primaria o secundaria terminada a que la terminen. Es lo mejor, conoces nuevas personas, se ayudan unos con otros y así se puede ir en la vida, conociendo y avanzando”, dice Laura, que concurre al anexo Nº 7 de la Escuela de adultos Nº 16 de Luis Beltrán.
De esta manera las escuelas rionegrinas le garantizan el derecho a la educación a todas las personas que quieran concluir sus estudios, incluso adaptando las acondiciones a sus necesidades.