Se trata de un proyecto que cuenta con un financiamiento de $3.600.000 y que tiene como objetivo extender la vida útil de los barbijos N95 mediante la desinfección con calor seco y húmedo, y la validación de la eficiencia de filtrado, con ensayos de inactivación viral y bacteriana. Asimismo, abarca protocolos de desinfección para una gestión segura y de bajo costo, con el objetivo de implementarlo en los Centros de Salud públicos y privados de la Provincia.
“Esto es muy interesantes no solo para Río Negro, sino también para el país por que contribuyen a la federalización de la ciencia y la tecnología, y vienen a dar solución a problemas sociales, productivos y ambientales concretos. El proyecto de Barbijo N95, de desarrollo de tecnologías de salud, particularmente viene a dar solución a una de las mayores demandas que surgieron a partir de la pandemia, que fue la falta de barbijos y la imposibilidad de reutilizarlos”, destacó Quintana.
El proyecto está dirigido por la Doctora en Biología e investigadora principal del CONICET, Luciana Ghermandi, que se desempeña en el Instituto de Investigaciones en Biodiversidad y Medioambiente de Bariloche (INIBIOMA). Su equipo está conformado por los doctores Mario Moreno, Marcelo Giménez y Diego Libkind.
“Esta idea surgió al inicio de la pandemia cuando la demanda global generó la escasez de insumos, especialmente de barbijos N95 que son los de mayor protección por su capacidad filtrante”, dijo Ghermandi . Y agregó que “estamos avanzando con la investigación y recientemente enviamos las muestras para la prueba de inactivación viral que se hace en INTA de Hurlingham y la prueba de inactivación bacteriana que se realiza en el IPATEC en Bariloche”.
Las instituciones que participan del proyecto son la Comisión Nacional de Energía Atómica (CNEA); INIBIOMA-CONICET; IPATEC-CONICET e INN-CONICET. Asimismo, se han contratado los servicios de INTA e INTI para pruebas asociadas al proyecto.