Río Negro y Neuquén se incorporaron al Programa Nacional de Etiquetado de Viviendas y pusieron en marcha una prueba piloto para evaluar el desempeño energético de las construcciones en la región.
Trabajarán para medir la eficiencia de 100 viviendas en cada provincia y así analizar sus características y calcular sus prestaciones energéticas.
El Programa Nacional de Etiquetado de Viviendas tiene como objetivo introducir el uso de la Etiqueta de Eficiencia Energética como un instrumento que brinde información a los usuarios acerca de las prestaciones energéticas de una vivienda. Ello puede constituirse en una herramienta de decisión adicional a la hora de realizar una operación inmobiliaria, evaluar un nuevo proyecto o realizar intervenciones en viviendas existentes.
La presentación del programa fue hecha por la coordinadora de Eficiencia Energética en Edificaciones y Sector Público de la Subsecretaría de Energías Renovables y Eficiencia Energética de la Nación, Florencia Donnet. Fue quien expuso los avances realizados hasta la fecha, los distintos elementos que conforman el programa y la metodología propuesta para la implementación en las jurisdicciones provinciales y municipales.
“El programa, si bien lo impulsa Nación, tiene su origen en Santa Fe donde ya hay un proyecto de ley que tiene media sanción en Diputados. Es lo más avanzado en implementación normativa. Luego se han hecho pruebas piloto o experiencias de implementación en Bariloche, Mendoza, Tucumán, Salta y, probablemente en la Ciudad de Buenos Aires, pronto”, reseñó la referente nacional.
Desde nuestra provincia, la directora de Evaluación de Proyectos y Regulaciones de la Secretaria de Energía, María del Carmen Rubio, informó que se firmó un acta entre representantes de ambas provincias y algunos municipios del Alto Valle, en una lista que se irá ampliando en la medida que se hagan las adhesiones locales al programa. También se sumó a los colegios profesionales de arquitectos, ingenieros y las universidades por tratarse de un programa transversal a todos los sectores.
Rubio contó que “en el marco del plan de Eficiencia Energética que tenemos en la Provincia, ahora vamos a trabajar con lo que son los usos residenciales, donde está el 27% de la energía que se consume, según el balance energético nacional”.
El primer paso será trabajar en un sistema de certificación de eficiencia energética en inmuebles destinados a viviendas que incluye una prueba piloto en 100 unidades habitacionales en cada una de las provincias. “Esto significa poder calificar las viviendas de acuerdo a los requerimientos energéticos que tienen; cuánto es lo que utiliza cada tipo de vivienda y poder darle un marco de etiquetado, al igual que tienen muchos de los electrodomésticos”, explicó.
Sobre la etiqueta de eficiencia energética
La etiqueta de Eficiencia Energética es un documento en el que figura una escala de letras desde la “A” (el mayor nivel de eficiencia energética) hasta la “G” (el menor nivel de eficiencia energética), que determina la clase de eficiencia energética de una vivienda, asociada a un rango de valores del Índice de Prestaciones Energéticas, determinado conforme Norma IRAM 11.900 / 2017.
El Índice de Prestaciones Energéticas (IPE) es un valor característico de la vivienda, que representa el requerimiento teórico de energía primaria para satisfacer las necesidades de calefacción en invierno, refrigeración en verano, calentamiento de agua sanitaria e iluminación, durante un año y por metro cuadrado de superficie, bajo condiciones normalizadas de uso. Se expresa en kWh/m2año.
Este indicador es independiente del uso, y permite cuantificar las prestaciones energéticas de las viviendas para poder compararlas con un criterio unificado, y a partir de esto construir una línea de base que sirva como referencia para la elaboración de políticas públicas y el direccionamiento de mecanismos de incentivos diversos. La escala de letras es diferente para cada zona climática del país.